Trabajan con nosotros, les
asignan las mismas labores, tenemos los mismos jefes e incluso trabajamos para
el mismo cliente y bajo el mismo proyecto. No solo eso, si no que a nivel
personal nos tomamos el café juntos, intercambiamos turnos o nos coordinamos
con ellos para distribuir nuestras vacaciones. A final de cada mes, las cosas
cambian, sus nóminas les recuerdan que son menos que nosotros, que ellos y ellas
cobran menos e incluso que ni tan si quiera son nuestros compañeros y
compañeras. Como algunos ya sabéis, pero otros muchos no, hablamos de Micronavarra.
Micronavarra es una empresa
del grupo Conasa. A finales de 2017, Conasa
activó dicha empresa y firmó un documento privado con una trabajadora que ya no
está en la empresa. Con este documento privado, se tiraban por tierra los
mínimos del Convenio del Comercio del Metal. Posteriormente, Micronavarra se
encargaría de aplicar unilateralmente este acuerdo privado al resto de
trabajadores que fueran contratados de forma venidera. En Micronavarra, nunca
ha habido elecciones sindicales, ni representante sindical. Nunca ha habido un
convenio propio debidamente registrado en Trabajo: simplemente existe el mencionado acuerdo privado con la firma de una persona “anónima”.
Como tres pequeñas pinceladas
de las condiciones más lesivas que están aplicando desde entonces a todos los
trabajadores, destacar que inicialmente tenían 1800h de trabajo anuales frente
a las 1746 nuestras (54h más) y se fijó la categoría más baja en un salario de
10.800€ anuales. Para hacernos una idea de lo que estamos hablando, en
referencia al mal llamado ‘convenio’ de
Micronavarra, este refleja hasta 3 categorías salariales que hoy en día
están ya por debajo del Salario Mínimo Interprofesional. Por otra parte, en
el convenio del Comercio del metal, está contemplada la carrera profesional; un
nuevo compañero entra de ayudante, a los x años pasa a ser oficial de segunda
y, tras otro periodo de tiempo, pasa a ser oficial de primera. En Micronavarra
esto no ocurre, el trabajador depende única y exclusivamente de la opinión de
su superior, en muchos casos capricho, para subir de categoría.
En la siguiente tabla ponemos un ejemplo real existente a día de hoy, proyectado a 10 años, entre un técnico de Conasa y su homólogo en Micronavarra. Para dicho cálculo nos hemos saltado las 5 categorías más bajas que contempla el texto de Micronavarra y lo hemos comparado con el salario más bajo de Conasa (ayudante de oficio). Aun así, y con todo esto, las diferencias son sangrantes y abrumadoras:
Como os estáis dando cuenta, estamos
hablando de una trama empresarial. No ya de una forma inmoral, a nuestra forma
de ver, de hacer negocios: si no ilegal. Por un mismo trabajo, la rentabilidad
para la empresa de un trabajador es de +55.000€ en 10 años y lo que es más
determinante: facturando ambos al mismo precio/hora al cliente. Es decir,
quitándole al trabajador directamente su salario.
JUICIO
De todo esto fuimos
conocedores hace unos 2 años. Más concretamente averiguamos que, en el cliente
de Gobierno de Navarra, Conasa estaba subcontratando a trabajadores de
Micronavarra para hacer las labores asignadas por pliego exclusivamente a
Conasa. Un pliego que, además, explicitaba la imposibilidad de subcontratación.
Comenzó entonces un trabajo
muy largo, duro y sobre todo silencioso basados principalmente en dos patas: la
asesoría jurídica de ELA en conjunto con los delegados de ELA y principalmente
por la determinación de lxs compañerxs víctimas de esta precariedad. Movidos
por la mayor de las motivaciones, “a igual trabajo igual salario”, justicia y
reparación. Cuatro compañeros de Micronavarra, presentaron una demanda contra
todo este entramado de empresas en concepto de “cesión ilegal de trabajadores”.
Después de estos dos años ya
hemos obtenido recientemente las primeras sentencias. De momento, han tenido
lugar tres de los cuatro juicios previstos. De las tres sentencias, emitidas
por dos magistrados distintos, todas han sido favorables a los trabajadores:
condenando a Conasa a asumir al trabajador como propio y costeando las
diferencias salariales atrasadas durante el inicio de la contratación.
Pero no quedó todo esto aquí,
Conasa decidió recurrir todos los casos y elevó recursos al Tribunal Superior de Justicia de Navarra. De nuevo, en este
caso el TSJN, dio la razón a los demandantes.
Para hacernos a la idea de lo
importante del alcance de estas sentencias, deciros que por primera vez Conasa
ha vuelto a recurrir y en este caso las sentencias se han elevado al máximo
organismo judicial del estado: al Tribunal Supremo.
CONCLUSIONES
¿Por qué os contamos todo
esto?, ¿En que nos afecta a nosotros como trabajadores de Conasa? Aún habrá
quien, después de esto, se quede atónito con las prácticas empresariales que se
llevan a cabo bajo Conasa pero que lo puede ver como algo ajeno a su trabajo.
Nada más lejos de la realidad.
Micronavarra ha pasado de ser
una empresa residual sin actividad hasta 2017 a una empresa que ahora mismo cuenta
unas cuantas decenas de trabajadores. Por el contrario, en Conasa hemos pasado
de ser más de 250 trabajadores a apenas poco más 150.
Cabe recordar, y para que los
que entonces no pertenecían aun a Conasa os lo contamos, que dirección siempre
quiso imponer un ‘convenio propio’ idéntico al de Micronavarra pero para Conasa:
con salarios de 14.000€. Y no resultó algo descabellado, ya que contó ni más ni
menos con el apoyo de los otros dos grupos sindicales. Lo que se pretendía es
simplemente crear trabajadores de primera y de segunda, con la complicidad de
los primeros asegurándoles sus “privilegios” obtenidos hasta la fecha.
Cualquiera que haya leído este
artículo, caerá en la cuenta de lo grave del asunto. De la implicación sindical
y personal que hemos tenido que ejercer tanto ELA, como los delegados y, sobre
todo, los demandantes. Cualquiera puede suponer lo difícil que tiene que ser
ganar un juicio como estos, basados en pruebas, pruebas y más pruebas junto con
testimonios de compañeros que estén dispuestos a dar la cara por el trabajador.
Sin duda, nadie podrá poner en
cuestión nuestra determinación, en defensa de los trabajadores. Hace unos años
paralizando un convenio de Empresa que solo pretendía precarizar hasta el punto
del Salario Mínimo Interprofesional a la futura plantilla de Conasa. Ahora, vemos que están desmantelando Conasa
para alimentar Micronavarra.
Desde aquí agradecer a los
compañeros que dieron el paso, solo ellos saben lo que han tenido que aguantar.
Y para aquellas y aquellos que se ven reflejados en este artículo o conocen un
caso similar, no dudéis en poneros en contacto con nosotros. No estáis solos.